El estado de Puebla ha sido de gran importancia en la historia de
México. Dentro de él se han hallado los restos más antiguos del cultivo de
maíz y camotes en la región de
Tehuacán; fue el escenario de
ciudades prehispánicas tan importantes como Cantona y Cholula. Durante la época
virreinal, la ciudad de Puebla llegó a ser la segunda ciudad en importancia de
la Nueva España, gracias a su ubicación
estratégica entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz. A finales del siglo XIX, el estado fue uno de los
primeros en industrializarse, gracias a la introducción de telares mecánicos que
favorecieron el desarrollo de las actividades textiles. A pesar de todo ello, en
fechas más recientes, Municipios de las regiones Mixteca, de la
Sierra Norte y de la Sierra
Negra se han convertido en expulsores netos de población, cuyos destinos
principales son la Ciudad de México, y desde hace dos décadas, los Estados Unidos.
Índice |
Geografía
Puebla ocupa la 21ª posición entre las 32 entidades federativas
mexicanas por su superficie de 34.251 kilómetros cuadrados.[4] Limita al norte con el estado de Hidalgo; al este,
con el estado de Veracruz; al sur, con Oaxaca y Guerrero; y al poniente con los estados de
Morelos, México, Tlaxcala e Hidalgo. No tiene salida al mar, aunque
hasta antes de 1849, cuando fue creado el estado de Guerrero, poseía una salida
al Océano
Pacífico, y también tuvo el control del partido de Tuxpan, que pasó a
poder de Veracruz. La mayor parte del territorio poblano se encuentra en el Eje Neovolcánico Transversal.
El clima es distinto entre regiones, y va del frío de las altas montañas al
cálido semidesierto de la Mixteca.
Relieve
Principales elevaciones de Puebla | |
Nombre | msnm |
Volcán Citlaltépetl | 5 610 |
Volcán Popocatépetl | 5 500 |
Volcán Iztaccíhuatl | 5 220 |
Volcán Sierra Negra | 4 580 |
Fuente: INEGI[5] |
El estado de Puebla se localiza en la región central de México, al oriente de
la capital de la república. Su territorio está lleno de contrastes, aunque las
cañadas y las serranías son una constante en la mayor parte de él. El centro del
estado está ocupado por él valle de Puebla-Tlaxcala, compartido
con Tlaxcala. Este valle es amplio y
de clima templado, con una altitud de
2.160 metros sobre el nivel del mar (msnm). Forma parte de la provincia
fisiográfica X del Eje Neovolcánico.
El límite poniente del valle de Puebla es la Sierra
Nevada, formada esencialmente por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Alcanza alturas superiores a
5.000 msnm. Las cumbres de estos volcanes ocupan el segundo y tercer puestos por
su elevación a nivel nacional, y normalmente estaban cubiertas de nieve durante
todo el año.[6]
El Popocatépetl es un
volcán activo al que se le ha calculado una edad de 23 mil años, y se ha
convertido en uno de los más vigilados del mundo luego del aumento en su
actividad volcánica.[7] La Sierra Nevada señala el límite
poniente del valle Poblano-Tlaxcalteca y la frontera entre Puebla y los estados
de México y
Morelos.
Al sureste de la Sierra Nevada, el Eje Neovolcánico alberga numerosos valles
de altitudes menores a medida que se avanza hacia el sur. El valle de Atlixco, de
suelos negros, se localiza al suroeste del valle Poblano-Tlaxcalteca. Al sur de
este valle comienza la Mixteca Poblana de abrupto relieve. Entre
los cerros que conforman la Sierra Mixteca —formada en realidad por
numerosas cordilleras— se encuentran varios valles de clima cálido semiseco. Por
su importancia económica destacan el Valle de Matamoros. Otros valles
enclavados en la Mixteca son los de Chiautla y Acatlán, más
bajos que el de Matamoros. Los valles de la Mixteca apenas sobrepasan los 1.000
msnm, y las montañas que los rodean difícilmente alcanzan los 2.000 msnm en los
puntos más altos. La mayor altitud de
la región es el cerro Tecorral, en el municipio de Izúcar de
Matamoros, con 2.060 msnm.
Al oriente de la Mixteca Poblana se encuentra el valle de Tehuacán, que es una planicie
alargada que se extiende desde el Valle
de Tepeaca(que comprende los municipios de Tepeaca y Tecali de Herrera) —paso entre el
Poblano-Tlaxcalteca y el valle tehuacanero— hasta el sureste del estado. En el
límite con Oaxaca, el Valle de Tehuacán se da lugar a la Cañada de
Cuicatlán, que es un conjunto de fallas originadas
por el plegamiento del Eje Neovolcánico, la Sierra Madre
Oriental y la Sierra Madre del Sur. Tanto la cañada como
el valle forman parte de la Reserva de la
Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. El valle de Tehuacán está separado de la
Mixteca por la Sierra
de Zapotitlán, de mayor altura que la Sierra Mixteca, con altitudes
superiores en varias ocasiones a los 2.000 msnm.
Al oriente del valle de Tehuacán se encuentra otra coordillera que comúnmente
se conoce con el nombre de Sierra Negra de Tehuacán,[8]
parte del Eje Neovolcánico y de abrupto relieve, con altitudes superiores a
2.000 msnm. La Sierra Negra emergió sobre la Sierra Madre Oriental, sepultándola con
su intensa actividad volcánica, aunque esta última emerge más al sur, en el
estado de Oaxaca, con el nombre de Sierra Mazateca.[9]
Al norte de la Sierra Negra y el valle de Ciudad Serdan se eleva el Pico de Orizaba, el punto
más alto de México y límite entre Puebla y Veracruz, cubierto por nieves
perpetuas amenazadas por el cambio climático.[10]
Al poniente al Citlaltépetl se encuentra el volcán Sierra Negra. El declive poniente de la Sierra
Negra y el Citlaltépetl forman los Llanos
de San Andrés (2.500 msnm) que descienden progresivamente hacia el poniente
hasta el valle de Tepeaca y los Llanos de San
Juan. Éstos constituyen la zona de transición entre el Eje Neovolcánico y la
sección meridional de la Sierra Madre Oriental, que en Puebla toma
el nombre de Sierra Norte de Puebla. Ocupa el norte
de Puebla, en un espacio de cien kilómetros por cincuenta. La Sierra Norte se
extiende hacia el territorio de Hidalgo y Tlaxcala; al tiempo que separa las mesetas del centro
de Puebla y la Llanura Costera del Golfo. A esta última región natural
corresponde una pequeña porción del extremo norte y noreste del territorio
poblano.
Hidrología [editar]
Regiones hidrológicas de Puebla | |
Nombre | Sup.[11] |
Balsas (verde) | 59,15 |
Pánuco (rojo) | 0,44 |
Tuxpan-Nautla (morado) | 23,76 |
Papaloapan (amarillo) | 16,88 |
Fuente: INEGI[12] |
El territorio poblano se encuentra sobre cuatro regiones hidrológicas
mexicanas. Casi dos tercios del territorio corresponden a la región del Balsas que desemboca en el
Océano
Pacífico. De las cuencas que constituyen esta región, la del río Atoyac
drena una superficie equivalente al 49% de la superficie poblana. El Atoyac
recibe las aguas de numerosos afluentes, entre ellos el Zahuapan, el Nexapa,
el Acatlán y el Mixteco. Porcentajes
bastante menores corresponden a las cuencas de los ríos Amacuzac
y Tlapaneco
que se unen al Atoyac para dar origen al curso medio del río Balsas. En esta
región se encuentran algunas presas importantes, destacando la Presa de
Valsequillo. Una de las grandes problemáticas de la región del Balsas es la
presencia de una gran actividad industrial en la zona.[13]
Ello implica un alto índice de contaminación de las corrientes superficiales y
los mantos
freáticos de la cuenca que a su vez tienen grandes repercusiones para el
equilibrio de los ecosistemas y para las poblaciones humanas.[14]
El resto del territorio poblano se encuentra dentro de tres regiones
hidrológicas que desaguan en el Golfo de México. La región del Pánuco representa menos
del 1% de la superficie del estado y corresponde a una pequeña sección en el
municipio de Honey. Segunda en importancia
es la región del Tuxpan-Nautla,
con 23% de la superficie estatal. Está subdividida en cuatro cuencas que tienen
sus fuentes en la Sierra Norte de Puebla. La cuenca del río Tecolutla desagua
más del 16% de la superficie de Puebla. Recibe las aguas de ríos como el Apulco,
el Laxaxalpa y el Necaxa.
Sobre este último se encuentra la Presa Necaxa. El relieve de la cuenca alta del
Tecolutla origina saltos de agua que constituyen un atractivo turístico. Algunas
de ellas son Las Brisas (Cuetzalan del Progreso) y San Pedro
Atmatla (Zacatlán). Al norte de la cuenca del río Tecolutla se encuentra el río San Marcos,
perteneciente a la cuenca del río Cazones. El extremo norte de Puebla forma
parte de la cuenca del río
Tuxpan, donde corre el caudaloso río Pantepec. Las inundaciones del Pantepec
han ocasionado varios desastres naturales en la región, como en 1999, cuando más
de cien familias de Huehuetla (Hidalgo) perdieron sus casas y
254 personas fueron arrastradas por la corriente del río en la Sierra Norte
de Puebla.[15]
La tercera región hidrológica en importancia en el estado de Puebla es la
región del Papaloapan, en el sureste del estado y
drena alrededor de 17% de la superficie. El caudaloso río Papaloapan tiene sus
fuentes en el árido valle de Tehuacán, donde nacen los ríos Tehuacán y Zapotitlán. Ya
en la Llanura Costera del Golfo de México, el Papaloapan recibe las aguas de
otros ríos nacidos en la vertiente oriental de la Sierra Negra de Tehuacán, como
el Coyolapa y el Petlapa. Pertenece también a esta región una pequeña porción de
la cuenca del río Jamapa,
en la Sierra
de Quimixtlán al norte del Citlaltépetl.
Climatología [editar]
Climas del estado de Puebla | |
Climas templados | 39,48% |
Climas cálidos y semicálidos | 38,96% |
Climas secos y semisecos | 18,51% |
Climas fríos y semifríos | 3,05% |
Fuente: INEGI[16] |
Los climas dominantes en el territorio poblano son los climas templados, con
diversos grados de humedad. La tercera parte del territorio posee un clima
templado subhúmedo con lluvias en verano. Esta porción corresponde a la región
del centro del estado, donde se encuentran los valles de Puebla-Tlaxcala y
Atlixco, la vertiente meridional de la Sierra Norte de Puebla y la vertiente
occidenal de la Sierra Negra de Tehuacán. La falta de lluvias en estas regiones
se explica en parte por la presencia de las altas montañas en el oriente del
estado, que impiden el paso de las nubes cargadas de humedad provenientes del Golfo de México.
En esta porción del territorio poblano las temperaturas anuales son de 16º en
promedio, y la pluviosidad oscila entre los 600 y 800 mm anuales.
La estación de más lluviosa es el verano. La estación de Echeverría (21-034)
localizada en el Valle de Puebla, registró en promedio 165 mm de lluvia en el
mes de junio durante los años de 2001 a 2005.[17]
Igualmente con temperaturas templadas, pero con mayor humedad, son algunas zonas
de las regiones medias de las sierras de Tehuacán, Nevada, Norte y el
Citlaltépetl. En conjunto, los espacios con clima templado en Puebla suman
alrededor de 40% de la superficie del territorio.
Otro 39% corresponde a los climas cálidos. Estos corresponden a las
regiones de la Mixteca Poblana y la vertiente oriental de las sierras Norte y de
Tehuacán, así como la región de la Sierra de Quimixtlán, en el centro oriente
del estado. Las temperaturas cálidas se deben a una menor altitud en comparación
con ámbitos geográficos como el valle de Puebla. Por poner un ejemplo, en la
Mixteca las cumbres de los cerros rara vez rebasan los 2.000 msnm, en tanto que
el valle de Puebla tiene una altitud de 2.160 msnm. Una situación distinta es la
de las vertientes orientales del estado. Además de encontrarse a una altitud
menor en comparación con las mesetas del altiplano, se hallan más próximas a la
costa del Golfo. Esto también establece una diferencia fundamental entre la
Mixteca y las otras regiones de clima cálido en Puebla: la Mixteca es bastante
más seca que la Sierra Norte y la Sierra Negra de Tehuacán. Mientras que la
estación meteorológica de Piaxtla (Mixteca Poblana) registra una pluviosidad
promedio de 727 mm anuales, las isoyetas de la Sierra Negra superan los 3.000 mm y las
correspondientes a la Sierra Norte alcanzan los 4.000 mm.
Poco más del 18% de la superficie de Puebla posee algún tipo de climas secos
o semisecos. Se trata principalmente de la parte sur del valle de Tehuacán y los
Llanos de San Juan y de San Andrés, localizados tras las altas montañas del
oriente del estado. Otra región con este tipo de clima se encuentra en el sur de
la Mixteca, en el límite con Oaxaca y Guerrero. Las temperaturas en estas regiones oscilan entre los
16 °C y 22 °C. La pluviosidad es relativamente más escasa que en el resto del
estado. En Oriental (Llanos de San Juan), las lluvias en
promedio no rebasan los 500 mm anuales, mientras que en Ciudad Serdán rondan los 400 mm.[18]
[ocultar] Parámetros climáticos promedio de Puebla | |||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Mes | Ene | Feb | Mar | Abr | May | Jun | Jul | Ago | Sep | Oct | Nov | Dic | Anual |
Temperatura diaria máxima (°C) | 23.0 | 23.8 | 25.9 | 27.1 | 27.9 | 26.4 | 25.3 | 25.2 | 24.8 | 24.6 | 24.4 | 23.5 | 25.2 |
Temperatura diaria mínima (°C) | 4.6 | 5.9 | 8.1 | 10.2 | 11.7 | 12.4 | 11.4 | 11.4 | 11.3 | 9.6 | 7.3 | 5.3 | 9.1 |
Precipitación total (mm) | 9.4 | 7.5 | 11.5 | 23.4 | 87.9 | 197.0 | 164.7 | 155.7 | 192.1 | 73.9 | 12.3 | 4.6 | 940 |
Días de precipitaciones (≥ 1 mm) | 1.2 | 1.7 | 2.4 | 5.8 | 13.1 | 17.6 | 16.9 | 17.4 | 17.7 | 9.2 | 2.4 | 1.3 | 106.7 |
Fuente: [19] |
Flora y fauna [editar]
- Flora: maguey, árboles frutales (ciruelo, chabacano, chirimoya, durazno, guayaba, higo, lima, limón, manzana, naranjo, nogal, pera, perón tejocote), uva y xoconostle.
- Fauna doméstica: Ganado vacuno, ovino, caprino, porcino, asnal, caballar, aves de corral, perros y gatos.
- Fauna silvestre: ardillas, armadillos, cacomixtle, conejo, coyote, liebre, murciélago, onza, rata casera y de campo, ratón, tejón, tlacuache, tuza, zorra, zorrillo, lechuza, lagartija, víbora de cascabel, cenzontle y zopilote.
Flora y fauna de Puebla | |||||||
Nutria | Víbora de cascabel | Coyote | Zopilote negro | Cacomixtle | |||
Gato montés | Armadillo | Cenzontle | Tlacuache | Ajolote | |||
Nopal | Oyamel | Cempasúchil | Yuca | Agave |
Se estima que el estado posee unas 900 especies
endémicas[20]
La mayor parte de éstas se pueden encontrar en la reserva
de la biósfera Tehuacán-Cuicatlán y en Zapotitlán Salinas. "Cultivos como
el mezquite, garambullo, neem y la quiotilla, así como algunos tipos de
cactáceas y la biznaga son especies originarias con un gran valor, lo que
significa un área de oportunidad para su producción y comercialización."[21]
De todas estas especies destacan algunas vegetales por sus diversas propiedades
medicinales y alimenticias, entre ellas están:
- Mezquite (Prosopis laevigata). Útil para alimentos y bebidas fermentadas. Tiene acción antibacterial contra Sthaphylococcus aerus y Scherichia coli. Útil también para tratar algunas enfermedades de los ojos.
- Garambullo (Myirtillocactus geometrizans). Posee un alto contenido de fibra, auxiliar en el tratamiento de diabetes y enfermedades renales, además, su pigmento puede utilizarse como colorante.
- Neem (Azadirachta indica). Útil para aceites y suplementos alimenticios, rico en hidratos de carbono y unas 10 variedades de aminoácidos, calcio y otros minerales. Sirve también como anticéptico, antifebriles, antiflamatorios, antivirales y fungicida.
- Quiotilla (Escontria chiotilla). Rico en vitaminas A, B, Ba, minerales y proteínas. También posee propiedades antioxidantes.
Historia [editar]
Puebla en la época prehispánica [editar]
Véase también: Cronología de la historia
de Puebla.
Puebla de los ángeles, situada a la porción central y media del valle poblano
sobre 2 mil 200 metros de altitud, es el centro de una de las regiones de clima
cálido, templado, con asentamientos humanos muy antiguos en los que hoy es el
territorio mexicano. El área donde se encuentra la ciudad posee diferentes
eminencias topográficas que la limitan en tres de cuatro extremos. Al norte se
localiza el acueyametepec, hoy conocido como Loreto y Guadalupe; al este el
cerro de amalucan conocido como el tepoxuchil que marca el extremo oeste de
Tepeaca, seguido de los cerros de la calera, las navajas y finalmente el
chiquihuite. Al oeste el cerro centepec hoy san Juan, al extremo sur, en suave
pendiente. Se abre el valle de Atlixco y valsequillo.
El valle de Tehuacán, que se
caracteriza por ser una región seca y con pocos recursos para la supervivencia
humana, fue en los más antiguos tiempos de la ocupación humana en Puebla uno de
los sitios más importantes. Durante la etapa lítica, que comienza con la llegada
del hombre a México (alrededor del año 30000 a. C.) y concluye hacia el
7000 a. C., con los primeros indicios de agricultura, el valle de Tehuacán fue
el escenario del desarrollo de un grupo humano que con el tiempo habría de
convertirse en uno de los primeros cultivadores del maíz en Mesoamérica. Los indicios más antiguos de la
presencia humana en Puebla provienen de El Riego, fechados con carbono 14 en el
año 20000 a. C.[22]
Los ocupantes de El Riego empleaban una tecnología lítica muy simple, en la que
la falta de puntas de proyectil es característica. Las herramientas estaban
orientadas a la actividad recolectora y el procesamiento de vegetales, así como
el aprovechamiento de pequeñas especies animales.
Durante los siguientes horizontes de la etapa lítica, en el cenolítico y el
protoneolítico, tuvo lugar en la región de Tehuacan el desarrollo de la
agricultura del maíz. Recientes investigaciones han puesto en duda que la
domesticación de este cereal haya tenido lugar en México, y apuntan a que se
trata de un cultivo de los Andes peruanos. Si esto es cierto, se
puede decir que los ocupantes del valle de Tehuacán tuvieron muy tempranos
contactos con Sudamérica. De lo contrario, la región seguiría siendo el sitio
donde se han encontrado los restos más antiguos de la agricultura del maíz,
fechados entre el año 6500 a. C. y 2500 a. C. Los vestigios hallados son
pequeños jilotes (canutos de maíz)
fosilizados encontrados en varias cuevas de las sierras que rodean Tehuacán, así
como herramientas de piedra asociadas a su procesamiento, como el metate. Los sitios en donde se han
encontrado estas evidencias conforman lo que se denomina "Complejo Coxcatlán",
que es el nombre de su sitio más representativo.
Durante el período Preclásico
Temprano, el valle de Tehuacán también fue uno de los escenarios donde
primero se desarrolló la cerámica mesoamericana. La cerámica es tomada por los
arqueólogos que estudian Mesoamérica como un rasgo definitorio de la vida
sedentaria. Quizá el más antiguo de todos los asentamientos humanos en México es
Ajalpan, también en el valle de
Tehuacán, donde se ha encontrado una estructura circular de piedra, fechada en
el año 3000 a. C. En este sitio también se descubrieron restos de tecomates
(recipientes de barro con forma casi esférica) que han sido fechados en el año
2300 a. C., unos ciento cincuenta años más tarde que la primera cerámica de Puerto Marqués, en
la costa de Guerrero. Hacia el final de esta primera
parte del Preclásico, Tehuacán pasaría a convertirse en una región periférica
del área Centro de México. En lo que hoy es el territorio poblano, el valle de
Puebla-Tlaxcala se convirtió entonces en una región de suma importancia,
siempre ligada con las grandes ciudades del valle de México.
Hacia el siglo XII a. C., en el valle de Puebla surgió un complejo de
poblaciones agrícolas que estaban integradas en una amplia red de intercambio
comercial dominada por los olmecas.
Entre estas estaban Amalucan, Totimehuacan Las Bocas y Cholula. Esta última se
habría de convertir con el tiempo en la protagonista de la historia precolombina
de la cuenca alta del Río
Atoyac. Durante el período Clásico fue una
importante aliada de Teotihuacan, y al declive de ésta, Cholula vivió
una de sus épocas de mayor apogeo. Competía por aquel tiempo con Cantona, una ciudad localizada en el
valle de Oriental. Mientras tanto, en el sur, Acatlán[23]
se convertía en uno de los centros más importantes de la cultura Ñuiñe, dedicado
al comercio de la cochinilla y otros productos de la Mixteca Baja.
Cerca del siglo VII, en la sierra Norte de Puebla floreció Yohualichán,
una ciudad relacionada con la cultura totonaca de El Tajín, a la que su arquitectura imita.
A la caída de Teotihuacan,
ocurrida en el siglo VIII d. C., la región del valle de Puebla vio una de las
épocas de mayor esplendor de Cholula, la vieja ciudad de Quetzalcóatl. Sin
embargo, esta ciudad, que llegó a ser una de las más grandes de Mesoamérica fue
abandonada por la mayor parte de sus pobladores. En cambio, en la sierra Madre
Oriental, Cantona tomaba el relevo
como una de las grandes ciudades del epiclásico
mesoamericano. Cantona competía con El Tajín y sus estados satélite (como la
misma Yohualichán) por el contro de las rutas comerciales del golfo de México.
Hacia el siglo X de nuestra era, Cantona declinó como la mayor parte de los
centros regionales del epiclásico. Un siglo más tarde, los migrantes chichimecas que venían del norte
poblaron nuevamente Cholula.
Durante este nuevo período de ocupación humana, Cholula se convirtió
nuevamente en una de las ciudades más importantes de Mesoamérica. Por ello,
recibió el nombre de Tollan-Chollollan, que la elevaba al mismo rango que
tuvieron la Tula
histórica y Teotihuacan. Según algunas interpretaciones del códice Nuttall,
Cholula pudo ser la gran aliada nahua del señor Ocho Venado, el señor mixteco que en el siglo XI emprendió una
campaña de conquistas en el Mixtecapan. Aunque no fue independiente
de los grandes centros de poder del valle de México, Cholula ocupó un papel
muy importante en la política del período Posclásico
de Mesoamérica. Fue una aliada importante de los mexicas en el valle de Puebla-Tlaxcala, lo mismo que Huejotzingo. Por ello, cuando los
españoles llegaron a México, Cholula fue el escenario de una masacre
perpetrada por los recién llegados y sus aliados tlaxcaltecas y
zempoaltecas.[24]
Conquista [editar]
Los españoles llegaron a las costas del Golfo de México en 1519. La condición de sometimiento de varios pueblos
indígenas de Mesoamérica
al poder del Estado mexica propició el establecimiento de varias alianzas entre
los recién llegados y los nativos. Los totonacas de Cempoala (actualmente en Veracruz) fueron uno de los
primeros pueblos en aliarse a los españoles, viendo en ellos una posibilidad de
liberarse del dominio de la Triple Alianza. A partir de ahí, los españoles
penetraron hacia el Altiplano a través de la Sierra Norte
de Puebla, siendo los primeros europeos que la cruzaron, haciendo paradas en
Zautla e Ixtacamaxtitlán, para llegar al valle de
Puebla-Tlaxcala, donde los tlaxcaltecas usaron a los otomíes de Tecóac como una primera línea de defensa.
Viendo que los otomíes fueron incapaces de detener el avance de los españoles y
sus aliados de la costa norte del Golfo, los gobernantes de la República de Tlaxcala decidieron
aliarse a los recién llegados, también como un medio de deshacerse del yugo
mexica.[25]
El 18 de octubre, los
españoles y sus aliados indígenas atacaron la ciudad de Cholula. Los
tlaxcaltecas pretextaban que esta intervención fue en respuesta al asesinato de
un enviado suyo a la ciudad, para pedirles que se unieran a ellos y a los
españoles. Sin embargo, las versiones recogidas por otros textos de autoría no
tlaxcalteca apuntan a que fueron éstos los que azuzaron a los españoles contra
Cholula y Huejotzinco, a los que consideraban aliados de los tenochcas y por
tanto, enemigos de los tlaxcaltecas.[26]
Los españoles avanzaron por el valle Poblano-Tlaxcalteca con rumbo al
poniente por la región de Huexotzinco, de donde llegaron al punto que se
conoce en la actualidad como Paso de Cortés, en la Sierra Nevada. De ahí
siguieron México-Tenochtitlan, de donde fueron expulsados por Cuitláhuac el 30 de junio de 1520. Ayudados por los indígenas, los invasores se
refugiaron en Tlaxcala desde donde atacaron
algunas poblaciones con presencia mexica o aliadas a Tenochtitlan, entre ellas
Huexotzinco, Tepeaca, Itzocan y Cuauhquechollan. En Tepeaca, Cortés estableció una población española, y el
poblado indígena tomó el nombre de "Segura de la Frontera" en 1520.
Posteriormente, los habitantes de estos pueblos terminarían por aliarse a los
españoles en la campaña final contra los mexicas y en otras campañas de conquista. Por ejemplo, la gente de
Cuauhquechollan acompañó a Pedro de Alvarado en su travesía a
Guatemala.[27]
Virreinato [editar]
Véase también: Fundación de
Puebla.
De modo alterno a la conquista militar española, en Nueva España se realizó
una activa cristianización de los pueblos nativos. De hecho, una de las razones
que sirvieron para justificar la ocupación española de América fue la expansión de la religión cristiana
entre los nativos.[28] En el territorio de Puebla penetraron
primero los franciscanos, que acompañaron a los expedicionarios
españoles en Nueva España durante los primeros años después de la caída de
Tenochtitlan. Los franciscanos construyeron establecimientos conventuales
especialmente en el centro de la provincia de Puebla, en poblaciones como Tecamachalco, Tepeaca, Tecali, Quecholac, Cholula, Huaquechula, Zacatlán (Sierra Norte) y Tehuacán. Los dominicos se establecieron principalmente en el sur
del estado —Izúcar, Tepexi, Huehuetlán—
y los agustinos en el norte —Xicotepec— y suroeste de la provincia
—Tlapa, Chiautla, Chietla—.[29]
Después de consumada la conquista española de México-Tenochtitlan, en el territorio
de Puebla tuvo lugar el repartimiento de dominios para los españoles y la
asignación de encomiendas de
indios a quienes participaron en la Conquista. Pero dados los privilegios que se
concedieron a Tlaxcala, las
poblaciones de la región del valle Poblano-Tlaxcalteca fueron protegidas por un
estatuto especial de autogobierno indígena, por lo menos nominal. De acuerdo con
lo convenido, las poblaciones tlaxcaltecas quedaron libres, y se pusieron
restricciones al establecimiento de españoles en esas regiones, aunque ello no
impidió que de hecho hubiese españoles que acosaran a los tlaxcaltecas
obligándolos a trabajar para los conquistadores. Ante la situación de las
relaciones tensas entre españoles e indígenas que privaba en el valle, la
Segunda Audiencia de la Nueva España concedió el permiso para poblar la región
de Tlaxcala con españoles.[30]
La nueva población española, fundada como Puebla de los Ángeles el 16 de abril de 1531[31] en 1531, se estableció en una región
que, de acuerdo con la leyenda, fue señalado por los ángeles a Julián Garcés,
obispo de Tlaxcala. Sin embargo, es posible que fueran los franciscanos de
Tlaxcala, entre ellos Toribio de Benavente —conocido como Motolinía, que en náhuatl quiere
decir El que se aflige— los que eligieron el sitio donde se levantó la
nueva población española.
La posición estratégica de Puebla entre el valle de México y la costa del golfo de México
jugó un papel importante en el desarrollo de la historia virreinal poblana. La
ciudad de Puebla se convirtió en paso obligado del comercio entre la capital
novohispana y el puerto de Veracruz;
este último era el punto por el que se realizaba el mayor tráfico comercial
entre la Nueva España y su metrópoli. De acuerdo con los reportes enviados por
el oidor especial, Juan Salmerón, la nueva población estaba prosperando
rápidamente, atrayendo también pobladores indígenas y a una buena parte de los
recién llegados al virreinato. El éxito de Puebla implicó enfrentamientos con
los encomenderos, que veían
amenazados futuros repartimientos de tierras y mano de obra indígena. El éxito
de la población fue argumento para solicitar al rey de España la abolición de alcabalas, la creación de una
encomienda municipal con el pueblo de Totimehuacan,
el traslado del obispado de Tlaxcala a Puebla y la creación de una audiencia
provincial. Sin embargo, una inundación acabó con la primera fundación de Puebla
a orillas del río San Francisco, por lo que se hizo necesario trasladarla a otro
sitio más seguro. El traslado de la población no la privó de los privilegios que
había obtenido —como la prestación de trabajo por parte de los indígenas del
valle de Puebla-Tlaxcala—. En 1532 fue expedida la cédula que elevaba a Puebla a
la categoría de ciudad, aunque el documento llegó a la Angelópolis hasta 1533,
quizá retenido por las autoridades virreinales en la capital. En ese año la
Audiencia nombró un corregidor para Puebla, Tlaxcala y Cholula que sesionaría
con un cabildo propio. En julio de 1533, el cabildo de México presentó una queja
contra la ciudad de Puebla ante el Consejo de Indias, argumentando que Puebla
explotaba a los aliados españoles en la conquista de México —los tlaxcaltecas— y privaba a la
capital de los tributos que le debían rendir los indígenas de la región. La
demanda exigía concluir con los privilegios para Puebla, lo que ocurrió un año
más tarde.[30]
Los fértiles valles de la provincia de Puebla —como Atlixco, Puebla-Tlaxcala e Izúcar—
se convirtieron en productores de buena parte de los cereales y otros insumos
del campo que se destinaban al consumo de la Ciudad de México y la Angelópolis.
La prosperidad de la ciudad de Puebla favoreció la rápida urbanización de esa
localidad, que fue embellecida con grandes construcciones civiles y
religiosas.
Hacia el siglo XVIII, Puebla era reconocida por la calidad de su trigo y
harina. Cientos de molinos se habían establecido en las riberas del Atoyac, y
los excedentes de la producción se exportaban a las Antillas y Centroamérica. La cría del ganado lanar
coadyuvó al desarrollo de la industria textil, cuya producción era consumida por
numerosos obrajes que se convirtieron en pilares de la economía de Nueva España. Otras industrias
se desarrollaron paralelamente, como la de las telas de algodón, jabón,
sombreros, talabartería, objetos de cobre y hierro y sobre todo, su famosa y
reputada cerámica de talavera poblana; industrias que persisten hasta la
fecha.[32]
La Guerra de Independencia en la intendencia de Puebla [editar]
Véase también: Independencia de México.
Al iniciarse la Guerra de Independencia de México, la intendencia de Puebla
se mostró como una de las más leales al gobierno español. El intendente Manuel de
Flon, conde de la Cadena, fue llamado para reforzar al ejército realista en la Batalla del Monte de las
Cruces, donde los insurgentes al mando de Miguel
Hidalgo y Costilla derrotaron a los españoles aunque no avanzaron finalmente
sobre la capital novohispana. Las tropas de Flon, en compañía de Calleja acosaron a las tropas
insurgentes hasta Guadalajara, propinándoles una serie
de derrotas que luego terminaron la primera etapa de la guerra. Sin embargo, en
la Batalla del Puente de
Calderón el intendente de Puebla resultó muerto en combate. El alto clero
poblano también se mostraba favorable a la causa realista, incluso, el obispo
González del Campillo llegó a acusar a Hidalgo de formar parte de una
conspiación francesa para poner a los reinos españoles bajo el dominio de Napoleón.[33]
Tras el fusilamiento de los primeros jefes insurgentes en 1811, en Puebla se fortalecieron los incipientes brotes
rebeldes que habían surgido en la Sierra Norte. En esta zona, la rebelión
se fortaleció al mando de José Francisco Osorno. También se
mostraban afines a los independentistas la región de Izúcar y Tehuacán, y, especialmente, en Tlapa, en el sur
de la intendencia, donde los rebeldes se pusieron bajo las órdendes de José María Morelos y
Pavón. Las negociaciones emprendidas por el gobierno virreinal a través del
obispo de Puebla en 1811 resultaron un fracaso, puesto que la Junta de
Zitácuaro se negó a recibir el indulto, lo mismo que Morelos cuando se
entrevistó con un enviado de González de Campillo en Tlapa. Mientras tanto, en
el norte, Osorno había establecido un gobierno provisional en Zacatlán. Los insurgentes de la Sierra Norte se
apoderaron en lo sucesivo de una importante zona del norte de Veracruz, así como
del norte de la intendencia de México, incluyendo posiciones tan importantes
como Tulancingo, Real del Monte y Pachuca. Con los
recursos tomados de las minas de la región Osorno financió la creación de
regimientos en Huamantla y San Juan de los
Llanos.
En el sur, Izúcar recibía a Morelos en diciembre de 1811, al tiempo que el
avance de Valerio
Trujano en la Mixteca poblana formaba un corredor insurgente entre el valle
de Izúcar y el valle de Tehuacán. El 23 de febrero de 1812, el realista Ciríaco del Llano sitió Izúcar,
aunque no pudo tomar la plaza y tuvo que acudir a apoyar a Calleja y las tropas
que sitiaban en
Cuautla a los insurgentes. Tras su victoria en Cuautla el 2 de mayo de 1812,
Morelos y sus tropas se dirigieron a Izúcar. Al mando de 2.000 soldados quedó Mariano Matamoros
en esta población, mientras que Morelos y el resto del Ejército Insurgente se
dirigieron a Tehuacán —que había sido tomada el 3 de mayo de 1812
por los independentistas encabezados por el cura de Tlacotepec, José María
Sánchez—, apoyados por Trujano que controlaba la Mixteca. Mientras tanto, la
ciudad de Puebla era asolada por una epidemia. Esta situación de emergencia
obligó a la intendencia y al ayuntamiento de la ciudad a tomar algunas medidas,
incluidas la construcción de un hospital y la del Fuerte
de Loreto, ante la posibilidad de un ataque de los insurgentes, que para ese
año se encontraban en plazas cercanas como Atlixco y Tepeaca, además de controlar el norte de la
intendencia.[34]
En el oriente, la victoria de Nicolás Bravo en San Agustín del Palmar el 12 de agosto de 1812 ponía nuevamente a las autoridades de la ciudad de
Puebla en alerta, puesto que esta victoria insurgente cortaba el paso entre la
Angelópolis y el puerto de Veracruz.
En noviembre de 1812, Morelos abandonó Tehuacán para dirigirse a la ciudad de
Oaxaca,
ciudad que tomó a final de ese año. Al iniciar 1813, se le unió en Oaxaca el
general Matamoros procedente desde Izúcar. En abril de ese mismo año, Morelos y
su tropa atravesaron el sur de las intendencias de Oaxaca, Puebla y México para
dirigirse a Acapulco, que fue rendida por completo del 20 de agosto de 1813 con la rendición del Fuerte de San Diego. En el norte de la
intendencia, Osorno derrotó a los realistas en Zacatlán, de modo que los insurgentes cercaron la
segunda ciudad de la Nueva España por el norte, el oriente y el sur. Tras la
celebración del Congreso de Chilpancingo en el sur de
la intendencia de México, los insurgentes sufrieron una serie de derrotas que
los llevaron a perder varias de sus posiciones más importantes.
En el territorio poblano, el enfrentamiento entre Juan
Nepomuceno Rosáins (comandante de Tehuacán) e Ignacio López Rayón (aliado de
los rebeldes de Zacatlán) favoreció algunas victorias realistas en la
intendencia, entre ellas, la toma de Tehuacán y de Zacatlán, aunque esta última
ciudad sería recuperada por Osorno poco tiempo después. Las divisiones de los
insurgentes poblanos y la derrota de Miguel Negrete, uno de los principales jefes de
la insurgencia en Puebla, fueron los hechos que marcaron el año de 1814 para los
independentistas poblanos. En ese mismo año fue promulgada la Constitución de
Apatzingán, ya con el Congreso de Chilpancingo en fuga ante
la persecución realista. En su huida, Morelos condujo a los miembros del
congreso a Uruapan (Michoacán) y en
septiembre de 1815 intentó llevarlo a
Tehuacán (Puebla), aunque fue capturado en Tezmalaca y fusilado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec (México). Los miembros del Congreso llegaron a
Tehuacán, donde fueron recibidos por Manuel Mier y Terán. Sin embargo, las
diferencias entre los diputados y el general Mier y Terán facilitaron la derrota
de la insurgencia en esa plaza. El congreso fue disuelto a propuesta de Mier y
Terán el 15 de
diciembre de 1815.[35]
Después de ese episodio, Mier y Terán propuso que se eligiera un nuevo cuespo
de gobierno, pero salvo José Francisco Osorno, ninguno de
los otros jefes insurgentes apoyó la propuesta. En 1816, el norte de Puebla fue
recuperado por los realistas que encabezaba
Manuel
Concha. Zacatlán fue ocupada por los españoles el 20 de agosto, con ayuda de numerosos insurgentes
que pasaron al bando contrario. Osorno huyó a Tehuacán, que por esos días
también enfrentaba el acoso de los españoles. En diciembre, la población fue
sitiada por los españoles. El 19
de enero de 1817, Mier y Terán entró en
negociaciones con el gobierno virreinal. Tras asegurar amnistía para los
participantes en el conflicto, incluyendo a los realistas que pasaron a la
insurgencia durante el sitio, Mier y Terán rindió la plaza de Cerro Colorado el
21 de enero.[36]
Con la rendición de los insurgentes en Tehuacán y Zacatlán, el movimiento
insurgente quedo prácticamente extinguido en la intendencia de Puebla, tal como
escribió Ciriaco del
Llano en febrero de 1817. Sin embargo, la restauración de la Constitución de Cádiz en 1820 generó un panorama de inestabilidad
política. El obispo Antonio Joaquín Pérez —que como
diputado a las Cortes por la intendencia de Puebla había apoyado a los
persas en 1815— se pronunciaba a favor del gobierno liberal, pero la Iglesia
en realidad estaba considerando la posibilidad de apoyar la restauración del
absolutismo. La elección de las diputaciones provinciales fue motivo de disgusto
para la intendencia de Puebla, que fue incorporada a la diputación de México. El
ayuntamiento de la Angelópolis presionó para que se estableciera una diputación
poblana y un consulado comercial en la ciudad, pero fue reprimido por el
intendente Del
Llano.
Creación del estado de Puebla [editar]
La evolución territorial de Puebla es un proceso por el que se han ido
definiendo las fronteras de ese estado mexicano. Sus antecedentes se remontan a
la época virreinal, cuando se
fundó la ciudad de Puebla y posteriormente se creó la
provincia del mismo nombre. Durante la época de las reformas
borbónicas a la organización de los dominios americanos, la provincia de
Puebla se convirtió en la intendencia del mismo nombre. El
reglamento provisional del primer Imperio Mexicano, que adquirió
su independencia en 1821, dispuso que las
antiguas intendencias del virreinato se erigieran en provincias con el mismo
territorio que habían tenido durante la época virreinal. Durante los meses de
1823 que transcurrieron entre entre la caída del Imperio y el establecimiento de
la República ocurrió un debate sobre la forma de gobierno que adoptaría el país.
Antes de que fuera aprobado por el Congreso Constituyente, Puebla adoptó un
gobierno autónomo como estado libre el 23 de diciembre de 1823.[37]
Siglo XX [editar]
A principios del siglo XX, en Puebla, la lucha armada fue protagonizada por
una familia que simpatizaba con los ideales de Francisco I. Madero, incluidos en el Club
Anti-rreeleccionista, que para aquel entonces abanderaba la candidatura
opositora al régimen de Porfirio Díaz, que después de 30 años, concretó gracias
al fraude electoral y de obstaculizar la campaña presidencial de Madero, su
séptima reelección. Aquella familia era la de los hermanos Serdán, el papel que
jugaron los hermanos Serdán fue determinante para el inicio de la lucha armada
en la región y el país. El régimen profirista crea un ambiente de desigualdad
social, debido a ello los Hermanos Aquiles, Carmen y Máximo Serdán son los
primeros partícipes de la conspiración en contra de este gobierno. El 19 de
julio de 1909, se llevó a cabo la primera reunión del Club Anti-rreeleccista,
por lo que el gobierno estatal sigue muy de cerca los pasos de la familia, e
inicia las acciones para buscar armas y a los rebeldes en entorno al domicilio
de la familia, ubicada en la calle 6 oriente del centro de la ciudad de Puebla.
Y fue entonces cuando el 18 de noviembre de 1910, se encuentran en un feroz
enfrentamiento, el jefe de la policía Miguel Cabrera y los hermanos Serdán. El primero
cae muerto y más tarde se presentan refuerzos, el batallón 1 y 17 así como el
Zaragoza. El enfrentamiento duro más de tres horas, Máximo Serdán pierde la vida
el mismo día, su hermano Aquiles al día siguiente, en tanto que su hermana
Carmen y la madre de ellos doña Carmen Alatriste fueron conducidas a la
cárcel.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el panorama era diferente, la ciudad
de Puebla se tranformó sobre todo en el ámbito social, estos cambios acompañaron
a México en el año de 1968, perfilándola como una ciudad moderna y colonial. que
luego en el año de 1987 es declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la
UNESCO.
Siglo XXI [editar]
El 4 de julio de 2007 sucedió una tragedia en la Sierra Negra de Puebla. Cerca del pueblo de San
Miguel Eloxochitlán un autobús con más de 50 pasajeros fue sepultado por un alud
ocasionado por las fuertes lluvias en el estado de Puebla. El Ejército Mexicano
aplicó el plan DN-III y los cuerpos de salvamento rescataron cerca de 36 cuerpos
y se dio por terminada la maniobra de rescate unos días después. El gobernador
Mario Marín y el presidente Felipe Calderón expresaron su pesar por este
acontecimiento que tiene turbados a todos los poblanos. El verano de 2007 se ha
visto empañado por lluvias fuertes y continuas y descenso en la temperatura.
Política y gobierno [editar]
El estado de Puebla fue fundado con la promulgación de la Constitución de 1824 como unos de los
19 estados de la Primera República Federal Mexicana. Es libre y soberano, porque
tiene capacidad de formular sus propias leyes y elegir a sus gobernantes. Al
mismo tiempo, tiene una representación en el Congreso de
la Unión. El ejercicio del poder político en el estado está dividido en tres
entidades: el Poder Judicial, el Legislativo y el Ejecutivo. Cada uno de ellos
tiene competencias propias y son autónomos entre sí.
Ejercicio del poder público [editar]
El Poder Ejecutivo es ocupado por el Gobernador del Estado de Puebla. El
gobernador se elige por medio de sufragio universal de todos los ciudadanos
mexicanos que residan en el territorio del estado de Puebla y estén registrados
en el Padrón Federal Electoral. Para ocupar el cargo de gobernador, es necesario
ser ciudadano poblano en pleno goce de derechos civiles y mayor de 30 años de
edad, no ser ministro de cultos religiosos ni ocupar cargos en la administración
federal, estatal o municipal, y en caso de ser funcionario, separarse de su
puesto con noventa días de anticipación al día en que se celebren las
elecciones.[38]
La duración del mandato de un gobernador del estado es de seis años, a partir
del 1º de febrero del año siguiente a aquél en
que se verifica la elección. Un gobernador no puede ser reelecto, de acuerdo con
la legislación federal. El gobernador de Puebla para el período 2011-2017 es el
Dr: Rafael Moreno Valle Rosas militante del partido acción nacional. El Poder
Legislativo es encarnado por el Congreso del Estado de Puebla.
Éste tiene la facultad de promulgar las leyes específicas con vigencia en el
estado de Puebla, reformar las existentes o derogar las que se consideren
obsoletas. El congreso poblano está conformado por 41 diputados que se eligen
para ejercer el cargo por tres años. De estos diputados, 26 son electos por voto
directo en los distritos electorales locales en que se divide el estado y los
restantes son nombrados por representación proporcional.[39]
De acuerdo con la legislación estatal, ningún partido puede tener más de 26
diputados.[40]
Sólo pueden ser electos al Congreso del Estado de Puebla los ciudadanos poblanos
que sepan leer y escribir, y que no sean ministros de culto religioso ni formen
parte de las fuerzas armadas, la administración
pública, estatal o municipal. En el caso de los militares y funcionarios del
poder público (exceptuando al gobernador), pueden participar como candidatos
siempre y cuando se separen definitivamente de sus cargos.[41]
Las más recientes elecciones legislativas
estatales en el estado se realizaron el 11 de noviembre de 2007, y todos los
distritos fueron ganados por el PRI, excepto uno, donde el
PAN obtuvo la ventaja.
Actualmente, el congreso poblano cuenta con mayoría absoluta del Partido Revolucionario
Institucional, con 23 diputados, de los cuales 21 fueron electos como
representantes de distritos electorales y 2 por el principio de representación
proporcional.[42]
El ejercicio del Poder Judicial está depositado en el Tribunal Superior de
Justicia del Estado de Puebla (TSJEP), La
Junta de Administración de Justicia del Estado de Puebla, los juzgados
municipales, los juzgados civiles, los de paz, los supernumerarios y los
juzgados indígenas.[43] Entre las atribuciones de estas
entidades encargadas de la administración de la justicia en el estado se
encuentra la de decidir en controversias penales, civiles y familiares dentro
del ámbito de la competencia señalados por las leyes poblanas y federales. El
TSEJP es un órgano colegiado compuesto por magistrados. Los magistrados son
inamovibles, y sólo pueden ser removidos por el Congreso del Estado.[44]
Con el propósito de descentralizar la administración de justicia en el estado,
el territorio poblano se organiza en 22 distritos judiciales. Además, se ha
dispuesto la creación de seis juzgados indígenas en las zonas con mayor
concentración de población indígena en el territorio poblano. Estos juzgados
indígenas sirven como mediadores entre los sistemas de derecho
consuetudinario indígena y el marco legal positivo que rige en la entidad y
en la República Mexicana.
El ejercicio de los poderes públicos del estado tiene competencia únicamente
en el territorio poblano. Al formar parte del Pacto de la Unión, ninguna
disposición de las autoridades poblanas puede estar en controversia con la
legislación federal ni sobrepasar las competencias que señala el marco jurídico
de las administraciones estatales en la República Mexicana.
El gobierno actual del estado de puebla dio un giro importante luego de 82
años de administraciones del PRI, el PAN ganó las elecciones del 2010 con la
campaña "Compromiso por Puebla" a través del candidato Rafael Moreno Valle
actual gobernador del estado.
El código civil del Estado Libre y Soberano de Puebla [editar]
El Código Civil para el Estado Libre y Soberano de Puebla fue promulgado y
publicado en el Periódico Oficial del Estado de Puebla el 30 de abril de 1985 y
entra en vigor el 1 de junio de 1985. El proyecto del Código se conformaba por
los licenciados: Benjamín del Callejo Bandala, León Dumit Espinal, Sergio R.
Flores Olliver, Gustavo Hernandéz Sarmiento, Antonio Martínez Álvarez y Álvaro
Zambrano Vázquez; y fue presidida por José M. Cajica Camacho.
En la Exposición de Motivos, se explica la necesidad de que existiera un
nuevo Código; ya que aunque el Código anterior de 1901 contenía preceptos que
satisfacían los requerimientos de justicia, al mismo tiempo contenía
disposiciones obsoletas que eran totalmente contrarias a la justicia. Por lo
tanto surgen dos principios en la técnica legislativa, los cuales eran conservar
los elementos de justicia del primer Código y la innovación con la creación del
Nuevo Código.
El Lic. Cajica afirmó que la aplicación de los principios, tanto conservador
como innovador, produjeron un ordenamiento tradicional (principalmente el
conservador).
Las fuentes del Nuevo Código fueron: las legislativas, ya que se realizó una
consulta de los Códigos de cada entidad federativa y las fuentes doctrinales, ya
que se consultaron obras de derecho civil mexicano.
En cuanto a la estructura del Código consta de una parte general, seis libros
los cuales están divididos en capítulos y estos a su vez se dividen en
secciones. Artículos en total 3550.
La parte general del Código habla a la misma ley y a su aplicación. En
relación a los seis libros; el Libro Primero habla sobre las personas, el Libro
Segundo menciona lo relativo a la familia, el Libro Tercero es en relación a los
bienes, el Libro Cuarto trata sobre las obligaciones, el Libro Quinto específica
sobre los diferentes tipos de contratos que existen y el Libro Sexto habla sobre
la sucesión.
Una novedad sobre este Código es que introduce un capítulo sobre los Derechos
de la Personalidad, los cuales se refieres a la protección de la convivencia, el
patrimonio moral y la protección de las relaciones intrapersonales. El cual está
incluido dentro del Libro Primero.
El Libro tercero contiene un capítulo sobre el régimen de la propiedad y
condominio y un capítulo que habla sobre los derechos de uso y habitación,
refiriéndose al usufructo. http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/revdpriv/cont/8/leg/leg10.pdf
http://www.congresopuebla.gob.mx/
División territorial [editar]
Puebla está subdividida en 217 municipios, los que le colocan en la segunda
posición entre las entidades federativas mexicanas según el número de estas
subdivisiones territoriales (sólo por detrás de Oaxaca). Cada municipio es gobernado por un
ayuntamiento, conformado por el presidente municipal y el cabildo del municipio.
Los presidentes municipales son elegidos cada tres años por los ciudadanos
residentes en el municipio y que estén registrados en el Padrón Electoral. El
cabildo de cada municipio es integrado por un número determinado de regidores y
síndicos elegidos también para un periodo de tres años de un conjunto de listas
de candidatos registradas por los partidos políticos ante el Instituto Electoral
del Estado.
Ciudadanía y participación político-electoral [editar]
De acuerdo con la Constitución del Estado de Puebla, son poblanas todas las
personas que hayan nacido en el territorio de la entidad. Los hijos de madre o
padre poblana de nacimiento que sean originarios del exterior del territorio del
estado pueden solicitar al Congreso del Estado una aprobación para ser
reconocidos como poblanos.[45] Un individuo puede considerarse ciudadano cuando ha cumplido los 18
años, edad que señala la mayoría de edad en el territorio mexicano.
Sólo son ciudadanos poblanos aquellos que sean ciudadanos mexicanos y que tengan
más de cinco años residiendo en la entidad. Los derechos de los ciudadanos
poblanos son los mismos que los que establece la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos,[46]
entre ellos el derecho de libre asociación dentro del marco de la ley y el
derecho a participar en la discusión de asuntos de interés público.
Para la realización de las elecciones para cargos populares, se creó el
Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEE),
siguiendo el modelo del Instituto Federal Electoral. El IEE
está conformado por consejeros ciudadanos sin militancia política. Los partidos
políticos que deseen participar en las elecciones estatales deben contar con
registro ante el IEE. Las elecciones son organizadas por el IEE, con la
participación de la ciudadanía poblana y bajo la vigilancia de organismos
independientes que den fe de la limpieza de los comicios.
Economía [editar]
Composición del PIB poblano | |
Ramo | %[47] |
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca | 6.4 |
Minería | 0,4 |
Industria manufacturera | 26,0 |
Construcción | 3,6 |
Electricidad, gas y agua | 1,6 |
Comercio, restaurantes y hoteles | 18,8 |
Transporte y comunicaciones | 10,8 |
Serv. financieros | 17,3 |
Serv. comunales, sociales y personales | 16,9 |
Serv. bancarios imputados | -1,8 |
Fuente: INEGI[48] |
El volumen de la economía del estado representaba en 2004 el 3,4% del total
de la economía de México, lo que le
colocaba en ese año como la novena economía estatal del país, detrás del Distrito Federal, el Estado de
México, Nuevo León,
Jalisco, Baja California Norte, Chihuahua, Veracruz, Guanajuato y Coahuila.[49]
El mayor sector de la economía poblana es el de la industria manufacturera,[50]
que contempla la maquila, especialmente de productos
textiles, concentrada en las regiones del centro del estado y el valle de
Tehuacán. Sin embargo, sumados los rubros de comercio y servicios de diversas
clases, las actividades terciarias representan alrededor del 60% de la economía
del estado. Son numerosas también las poblaciones con una economía apoyada
principalmente en la agricultura, pero debido a las condiciones adversas
que este sector enfrenta en México, muchas de ellas han quedado desarticuladas y
se han convertido en fuente de mano de obra no calificada o expulsoras de
migrantes internacionales, al grado que actualmente dependen principalmente de
las remesas de dinero de los miembros de
las comunidades transnacionales.
Sector agropecuario, silvicultura y pesca [editar]
La agricultura, ganadería, silvicultura y la pesca representaron en 2004 el 6.4% de la
economía poblana.[51] En ese mismo año, la producción de
estos sectores de la economía del estado representaron el 3,77% de la actividad
en los mismos ramos a nivel nacional, lo que representó un retroceso de casi
medio punto porcentual en un período de cinco años, ya que en 1999, Puebla
aportaba el 4,12% de la producción agropecuaria, silvícola y pesquera de la
República Mexicana.[52]
De acuerdo con informes de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa),[53]
durante el año agropecuario 2005, en el estado de Puebla fueron cultivadas un
total de 908.041,4 Ha, de las
cuales se cosecharon solamente 739.197,7 Ha, con valor de 6 mil 416 millones 841
mil pesos mexicanos (MXN).
La superficie sembrada representa aproximadamente la cuarta parte de la
superficie del estado, y comprende principalmente tierras de temporal. Los
principales cultivos fueron el maíz, el café cereza, la caña de azúcar,
la alfalfa y el tomate verde. La
mayor parte de las tierras cultivadas en el ciclo agrícola del 2005 fueron
dedicadas al maíz, que representó el 60% de las parcelas poblanas en ese año.
Sin embargo, la mitad del valor total de la producción agrícola del estado
corresponde a cultivos varios, entre los que se incluyen flores, frutos, y otras
hortalizas. Entre los cultivos más redituables a la economía local — comparando
la magnitud de la superficie sembrada y el valor relativo en la producción
agrícola— hay que señalar a la caña de azúcar, el tomate y la alfalfa.[53]
En lo que refiere a la producción ganadera, el estado contaba en 2005 con
alrededor de 2 millones de porcinos; más de 759 mil cabezas de ganado caprino, y más de 743
mil cabezas de ganado bovino; había casi medio millón de ovinos y alrededor de 315 mil caballos.[54]
El mayor volumen de la producción de carne correspondió a la carne de puerco,
con 83 mil 470 Tm,[55] aunque el mayor valor de la producción
de este sector económico correspondió a la comercialización de la carne de
aves.[56]
Por otra parte, el estado también produjo leche de vaca por un valor de MXN 1.270.920.000, y huevos de gallina con
valor de MXN 4.243.964.900.[57]
Industrias [editar]
El sector de la industria manufacturera aporta poco más de la cuarta parte
del producto interno bruto de la entidad.
Sin embargo, el crecimiento del sector se encuentra estancado, y su volumen ha
permanecido prácticamente sin cambios desde 1999, en que se han sucedido años
con crecimientos negativos y positivos que terminan por neutraliarse. En 1999,
el valor de la producción manufacturera poblana era de 13.895.166.000 MXN; cinco
años después MXN 13.919.488.000, en términos homologados con el valor del peso
mexicano en 1993.[58]
El valor de la producción industrial del estado se concentra en el ramo de la
maquinaria, productos metálicos y equipo industrial, con más de 42% del
total.[59]
Entre otras industrias notables de este ramo, se encuentra la planta de Volkswagen en Puebla. Otras
industrias manufactureras importantes en el estado son la alimentaria
y la textil, que
aportan 24,7 y 15,4% respectivamente del valor de la producción industrial del
estado.[59]
Las industrias poblanas se concentran en las regiones con mayor densidad de
población, como la zona metropolitana de Puebla y el
valle de
Tehuacán.
Actividades terciarias [editar]
Dentro de las actividades terciarias se incluyen tradicionalmente aquéllas
que no tienen que ver con la producción de materias primas o con la
transformación de las mismas. Esencialmente se trata del comercio y los servicios de toda clase —financieros,
profesionales, turísticos—. En la economía poblana, la suma de todos estos ramos
suma alrededor de dos tercios del volumen de la economía estatal, destacando
especialmente el sector comercial, al que corresponden la mayor parte de las
unidades productivas del estado. En 2003, existían en el estado un total de
86.458 establecimientos comerciales, que empleaban a 211.149 trabajadores[60]
La actividad comercial se concentra especialmente en las grandes zonas urbanas
del valle Poblano-Tlaxcalteca y la región de Tehuacán. Para el comercio de los
bienes, las ciudades poblanas más importantes cuentan con centrales de
distribución; en ciudades medianas existen mercados fijos, y en las zonas con menor denisdades
poblacionales, la alternativa la constituyen los tianguis.[61]
Regiones socioeconómicas [editar]
Así como el estado de Puebla está dividido en municipios, estos están agrupados en regiones
socioeconómicas, de acuerdo con las características de cada uno en sus
actividades económicas, sociales y su situación geográfica, lo cual permite al
gobierno del Estado impulsar el desarrollo y la modernización de cada uno.
- I. Huauchinango
- II. Teziutlán
- III. Ciudad Serdán
- IV. San Pedro Cholula
- V. Puebla
- VI. Izúcar de Matamoros
- VII. Tehuacán
Demografía [editar]
Puebla es la quinta entidad federativa más poblada de la República Mexicana.
El municipio de Puebla alberga alrededor de la quinta parte de la población, con
un total de 5 779 829 habitantes, aunque el área metropolitana es el espacio
donde reside alrededor de un tercio de los poblanos. En contraste, existen
regiones con una baja densidad de población especialmente en las regiones de La
Mixteca y el Valle de Tehuacán. La población urbana representa el 71.8% y la
rural un 28.2%.
Al principio del siglo XX, el estado de Puebla albergaba el 7% de la
población de México, es decir, alrededor de 1 millón 300 mil habitantes. Con esa
cifra, Puebla era la cuarta entidad más poblada del país. A pesar de que la
población del estado ha aumentado hasta más de 5 millones al inicio del siglo
XXI, los poblanos radicados en el estado representan el 5,2% de la población
nacional mexicana.[62] La mayor parte de la población se
concentra en Puebla de Zaragoza, capital del estado. En 1900, la capital poblana
tenía una población de más de 93 mil habitantes, en los siguientes 55 años, la
población de la Angelópolis llegaría a multiplicarse por 10, hasta llegar a más
de 1 millón 400 mil habitantes en el 2005.[63] La ciudad de Tehuacán, segunda en
importancia por su población en el estado, comenzó el siglo XX con una población
de 7.139 habitantes, en 2005 tiene una población de 260.923 habitantes. Las
regiones con mayor densidad de población en el estado
son la Angelópolis, con densidades superiores a 2.000 hab/km²; y la Sierra
Norte, con densidades mínimas de 50 hab/km². El promedio de la entidad es de 169
personas por km².
En el año 2005, el estado ocupó la sexta posición entre las entidades
federativas de la República Mexicana en lo que refiere a emigración, con 91.897 emigrantes. La emigración transnacional
representó el 1,4% de la población originaria del estado, y el principal destino
es Estados Unidos. Las zonas expulsoras de migrantes transnacionales son la
Mixteca y Tehuacán y la Sierra Negra.[64] En contraste, la entidad recibió más
de 96 mil inmigrantes
provenientes de otras partes del país[65]
y del extranjero; en el estado residen principalmente comunidades españolas,
italianas, libanesas, estadounidenses, alemanas, francesas, guatemaltecas,
coreanas y salvadoreñas.
Población urbana y población rural [editar]
De acuerdo con el II
Conteo de Población (2005), el estado cuenta con 6.348 localidades que
albergan una población total de 5.779.829 personas. Del total de localidades de
la entidad, sólo 266 tienen una población mayor a 2.500 habitantes. En México,
las localidades urbanas son todas aquellas poblaciones que posean más de 2.500
habitantes, de acuerdo con la definición adoptada por el INEGI, lo que implica que la gran mayoría de
las localidades censales del estado son rurales. En conjunto, 6.082 localidades
rurales (incluidas cabeceras municipales como La
Magdalena Tlatlauquitepec, con menos de 400 habitantes) albergan a 1 millón
582 mil 425 habitantes (29,39% de la población, mayor que el 23,5%
nacional).[65]
La mayor parte de la población urbana de Puebla se concentra en ciudades con más
de 15 mil habitantes. Sólo la Angelópolis concentra el 27,6% de la
población. Tehuacán, el segundo
municipio más poblado de la entidad, apenas representa el 4,84% de la
población.[12]
Los únicos municipios con poblaciones de más de cien mil habitantes son Puebla,
Tehuacán, San Martín
Texmelucan, Atlixco y San Pedro
Cholula.
Pueblos indígenas [editar]
El mayor ámbito de población indígena en el estado es el municipio de Puebla,
que alberga a miembros de todas los pueblos indígenas del estado y de otros de
todo el país. En el año 2002, se calculaba que más de 69 mil personas (6,8% de
la población del municipio capital) era indígena. Otro importante núcleo de
población indígena es Tehuacán: también en 2002, la Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)
calculó que 48.264 indígenas (21% de la población) habitaban en el segundo
municipio más poblado del estado. Sobre la base del censo del año 2000, la CDI
calculaba que la población indígena del estado de Puebla era de 957.650
personas, el 18,9% de la población del estado.[66]
Este índice es uno de los más altos en México.[65]
En el estado hay dos grandes regiones indígenas: la Sierra Norte
de Puebla y la Sierra
Negra. En la primera conviven nahuas, totonacos y otomíes, que constituyen importantes poblaciones en
Cuetzalan
del Progreso, Pahuatlán,
Huehuetla y Teziutlán.[67]
La Sierra Negra es una de las principales expulsoras de población en el estado
de Puebla. En varios municipios de la región, como Eloxochitlán y San Sebastián
Tlacotepec, los indígenas popolocas,
nahuas y mazatecos constituyen
la mayoría de la población. La región indígena de la Sierra Negra está
fuertemente relacionada con la ciudad de Tehuacán, donde los indígenas son el
21% de la población.[68] Otros municipios indígenas se
encuentran aislados en el suroeste y el centro del estado. Se trata de
poblaciones como San Jerónimo Xayacatlán o Quimixtlán, en el sur y
oriente del estado y con importantes poblaciones mixtecas y nahuas respectivamente. Municipios
del estado con población mayoritariamente mestiza, como Puebla de Zaragoza, Tehuacán y Atlixco, concentran un importante número de indígenas
migrantes o nativos de primera generación.[69]
Las regiones indígenas de Puebla se encuentran entre las más pobres del
estado y del país. Varios municipios de población mayoritariamente indígena en
la Sierra Negra y la Sierra Norte —Zoquitlán, Coyomeapan, Huehuetla y Camocuautla— se encuentran entre
los cien con peores niveles de desarrollo humano.[70]
Lenguas poblanas [editar]
Alrededor del 15% de la población mayor de cinco años del estado habla alguna
lengua
indígena. En 1810 se calculaba que el 74,3% de los poblanos hablaban alguna
lengua indígena;[71] casi cien años más tarde, el censo de
1900 dio como resultado 34%[72]
Los hablantes de náhuatl
constituyen la mayor comunidad lingüística indígena del estado. Representan más
de 70% de la población hablante de lenguas indígenas en el estado y se
concentran en las regiones de la Sierra Norte y la Sierra Negra. El segundo
grupo lingüístico por el número de hablantes lo constituyen los usuarios del idioma totonaco.
Representan alrededor del 18% de los poblanos mayores de cinco años que hablan
una lengua indígena. Más atrás se encuentran los hablantes de mazateco y
popoloca, con más de 14 y 13 mil hablantes respectivamente. Los popolocas
comparten con los hablantes de mazateco el ámbito territorial del valle de
Tehuacán, con la diferencia que ese es el territorio histórico de la primera
comunidad lingüística. Los hablantes de otomí (más de 7 mil) se concentran en
municipios limítrofes con Hidalgo. Los hablantes de mixteco se
localizan en el centro y sur del estado, y suman más de 6 mil (1,2%).
El chipileño, es una
variante de la lengua véneta (lengua del norte de Italia) hablada sobre todo en la comunidad
de Chipilo de Javier Mina (de donde
obtiene el nombre la variante), en el estado de Puebla. La lengua véneta de
México, con el transcurso del tiempo, fue sufriendo influencias del español
mexicano, debido a su contacto con otras comunidades cercanas al sur de la
Ciudad de Puebla. No obstante, aunque el chipileño sea muy próximo a otros
dialectos del véneto, fue un caso único en México que se le compara con el talian del sur de Brasil. No se sabe a ciencia cierta el número de
hablantes de chipileño, hay cifras estimativas que sitúan el número de
véneto-parlantes en unos 5.000 en la comunidad poblana de Chipilo, la mayoría de
los cuales son bilingües con el castellano, las cifras en otros estados del país
son desconocidas.[73]
Transportes y comunicaciones [editar]
En cuanto a infraestructura de transporte, Puebla cuenta con 10,242 km de
carretera pavimentada o revestida. Tiene 60 terminales para pasajeros, en que se
genera transporte local y foráneo. Son 505 las empresas que proporcionan este
servicio dirigido a pasajeros, y más de 6,558 lo proporcionan para carga. Entre
pasaje, turismo y carga, son más de 22,039 las empresas que prestan el servicio
de transporte en el Estado.
Puebla cuenta con 867.5 vías férreas actualmente en operación. En cuanto a
transporte aéreo, tiene un total de 230,000 m2 de pistas, tomando en cuenta los
68,000 del Aeropuerto Nacional de
Tehuacán, y 162,000 del Aeropuerto Internacional de
Puebla.
En el rubro de Comunicaciones, Puebla maneja 15 líneas telefónicas por cada
cien habitantes, lo que significa un total de 805,584.
Un total de 44 estaciones de radio AM y FM y 30 estaciones de televisión, de las que la mayoría son
complementarias (25), 2 permisionadas y 3 concesionadas.
Asimismo, en la entidad hay 423 oficinas postales públicas y 428 agencias
particulares.[74]
Cultura [editar]
Patrimonio Cultural del Estado de Puebla [editar]
El estado de Puebla cuenta con una legislación de protección al patrimonio
cultural de los poblanos. De acuerdo con la Ley de Fomento Cultural del Estado
de Puebla, se consideran patrimonio cultural los testimonios
históricos y objetos de conocimiento que continúen la tradición histórica,
social, política, urbana, arquitectónica, tecnológica, ideológica y de carácter
económico de la sociedad que los ha producido.[75]
Este tipo de creaciones pueden obtener su reconocimiento como Patrimonio
Cultural del Estado mediante declaratoria del Ejecutivo estatal en consulta
con el Consejo Poblano de Cultura. Entre las obras que han sido declaradas
Patrimonio Cultural del Estado de Puebla se encuentra el Huey Atlixcáyotl, que
obtuvo ese reconocimiento en 1996.Otras declaratorias de Patrimonio Cultural son
"La Feria del Huipil y del Café" que se realiza en Cuetzalan el 4 de octubre; el
"Carnaval de Huejotzingo"; La Tradición de la "Matanza" de chivos en Tehuacán;
El Mitotikuikacalli, en Zacapoaxtla, "Las Ofrendas Monumentales de Huaquechula";
las "Ofrendas de San Gabriel Chilac"; el Adoratorio "La Xochipila", en Xicotepec
de Juárez y el "Papel Picado de Huixcolotla".También encontramos al volcán más
pequeño del mundo, el "Cuexcomate" proveninte de la palabra náhuatl “cuexcomatl”
que significa "olla de barro o lugar para guardar”, con una elevación de 13
metros de diámetro al nivel del suelo, 8 metros de diámetro exterior y una base
de 23 metros.
Gastronomía [editar]
La gastronomía poblana, producto del mestizaje que devino con la Conquista de
México por parte de los españoles, es una de las más representativas de la
República Mexicana. Numerosos mitos están asociados a algunos de los platillos
más conocidos de la gastronomía regional del estado, a la que se suele
identificar en México en relación con dos platillos que se consideran
platillos nacionales: el mole poblano, los chiles en nogada y el
mole de caderas.
Sobre el mole, la leyenda dice que fue creación de sor Andrea de la Asunción,
del convento de Santa Rosa en la ciudad de Puebla. Esta monja habría creado el
platillo en ocasión de la visita del obispo a su congregación. En la leyenda, el
nombre del plato se asocia con una expresión de admiración de una compañera de
Andrea de la Asunción al ver a ésta moliendo los ingredientes afanosamente,[76]
aunque se sabe que la palabra mole es
de origen náhuatl[77]
y que la mezcla de chiles secos o frescos
en la confección de salsas era una práctica común en las gastronomías
mesoamericanas precolombinas. A esta base de chiles, uno de los ingredientes
básicos de la gastronomía mesoamericana, se sumaron especias y los aceites llegados con los españoles, que
dieron origen a los moles contemporáneos, cuya preparación de ninguna manera es
exclusiva de Puebla, aunque el mole más conocido sea precisamente el
poblano.
Otro de los platillos más tradicionales y endémicos del Estado de Puebla es,
sin duda, el de los chiles en nogada. Los ingredientes que se usan para la
preparación de este plato son variados, además de ser característicos de la
región: consiste en rellenar un chile poblano con carne de res o de puerco
previamente cocinado con pasas, almendras, manzana y pera
panochera (nombre que se le da a un tipo de pera en la región); ya relleno,
se capea en huevo a punto de turrón y harina blanca; se baña en la nogada, que
es una salsa hecha con leche, nuez de Castilla, brandy y queso de cabra,
adornado con granitos de granada y hojas de perejil. La leyenda asocia la
creación de este platillo con una monja del convento de Santa Mónica, también en
la ciudad de Puebla. El plato habría sido confeccionado en honor de Agustín de
Iturbide, en ese tiempo, emperador de México. Sin embargo, la nogada aparece
en recetarios del siglo
XVIII, por lo menos un siglo antes de la independencia de México, y el chile
en nogada no aparece en estos recetarios sino hasta mediados del siglo XIX, treinta años después de
la abolición del Primer Imperio Mexicano.[78]
El mole de
caderas es un platillo tradicional de carne de chivo de la región de
Tehuacán, Puebla, en México. Es considerado uno de los platillos más importantes
de la región, debido a la prolongada crianza y cuidados en la preparación del
animal -del cual se aprovecha la totalidad de la carne- y de la celebración del
Festival
de la Matanza que acompaña y da inicio al sacrificio de animales de crianza
para la preparación de los alimentos y para la posterior conservación y curado
de la carne.
En la preparación del mole de caderas se emplea la carne y hueso de la
cadera, condimentos a base de sal y chile,
con un caldo de color rojo hervido con la carne de las caderas y ejotes silvestres. El
sabor del platillo es característico de la carne de los chivos que son llevados
durante un trayecto de un año pastando a través de las regiones del sur del
estado de Puebla y del norte de Oaxaca,
alimentando al ganado solo con la hierba de la región y grandes cantidades de
sal evitando a toda costa que los animales beban agua y se mantengan hidratados
solo por aquella que les proporcionan los vegetales consumidos. De la práctica
de este tipo de crianza se obtiene carne de un sabor fuerte y característico con
el cual se preparan los platillos tradicionales.
Más allá de estos dos platos ampliamente conocidos en México y a nivel
mundial, la cocina poblana es muy variada y comparte con otras gastronomías
mexicanas el mestizaje de elementos indígenas, españoles y asiáticos, producto
de la historia del país. Sólo en la ciudad de Puebla es posible encontrarse con
gran cantidad de platillos, desde antojitos como
chalupas, cemitas, tortas, tamales de diversos estilos; hasta alta cocina
internacional, dulces y bebidas tan particulares como la pasita (que es una bebida a base de Licor
de uva pasa que se acompaña con un pedazo de queso y una pasa ensartados en un
palillo, única de la Angelópolis). En toda Puebla, la base de la comida es el
maíz, el frijol y el chile, y estos tres elementos se combinan para producir una
gran cantidad de platillos, como las enfrijoladas, que se consumen en cualquier
localidad poblana. Además de la capital, la cocina poblana se diversifica en
cada una de sus regiones, donde incorpora características particulares, según
los recursos e ingredientes disponibles. Por ejemplo, el mole de caderas de Tehuacán se prepara en honor del
Festival de la Matanza, en que se sacrifican los chivos de los hatos familiares. En la Mixteca, el repertorio gastronómico
incorpora insectos como los cuetlas y
los jumiles; cactáceas
como la biznaga y la pitaya; frutos tropicales como el zapote
negro, y a base de huajes se prepara
el huaxmole.[79]
En el centro del estado se pueden encontrar mixiotes, barbacoa y pulque, todos deudores del maguey; además, está la gran tradición de
lácteos de Chipilo, donde los
descendientes de los vénetos
establecidos en la región continúan produciendo quesos al estilo de Italia.
Dulces [editar]
En el estado de Puebla, se produce un gran variedad de dulces que destacan
por su gran colorido y variedad de sabores, la mayoría creados desde la época virreinal.
En los conventos de Santa Mónica y Santa Rosa se elaboraron por primera vez
toda la gama de dulces que por su característico sabor y gran calidad se han
vuelto famosos en México y en el
mundo como son las tortitas de Santa Clara, los camotes poblanos o camotes
de Santa Clara, limones rellenos de coco, jamoncillo, cacahuates garapiñados, macarrones, frutas cristalizadas,
muéganos,
piñón con leche quemada,
etc.
El más famoso y característico dulce es el camote
poblano el cual, cuenta la leyenda, se originó en el convento de Santa Rosa
en el siglo XVII, ya que las
monjas recibían grandes donaciones de camotes. Se dice que el obispo Manuél
Fernández de Santa Cruz y Sahagún visitaría el convento, fue entonces cuando
una joven de nombre Angelina sugirió elaborar un nuevo platillo aprovechando los
camotes.
Artes populares [editar]
El estado de Puebla es conocido por su amplia gama de cultura. La más
emblemática es la Talavera poblana, técnica en la que se
realizan no sólo tibores y vajillas, sino azulejos y otros elementos de
decoración arquitectónica. De este tipo de cerámica están recubiertas algunas
construcciones de la capital poblana y otros pueblos (especialmente en el centro
del estado), como las cúpulas de la Catedral de Puebla, el templo de Sebastián
de Aparicio, la cocina del convento de Santa Rosa o la Casa de los Muñecos. San
Salvador Huixcolotla, en el valle de Tepeaca, es la cuna del papel picado que se emplea como adorno en diversas
festividades mexicanas, como el Día de la Independencia o el Día de Muertos.[80]
La técnica tiene su origen en la época virreinal, aunque la costumbre de emplear
el papel como elemento en los rituales tiene sus resabios prehispánicos. En la
región de Pahuatlán se
manufactura el papel amate
siguiendo una técnica precolombina que se ha modificado muy poco al pasar el
tiempo. Este papel amate se emplea para la representación de los espíritus de la
mitología de los nahuas y otomíes de la Sierra Norte, calando los motivos en el
papel.[81]
El papel amate de la Sierra Norte de Puebla se emplea en la producción artesanal
de Guerrero.
También en la Sierra Norte existe una importante producción de textiles
artesanales, especialmente camisas bordadas para mujer y los famosos quexquémitl que emplean las
mujeres nahuas y otomíes de la región. Estas prendas se tejen en telar de
cintura mediante la técnica de brocado
con hilos de lana, casi siempre de color negro y rojo. Los quexquémitl son parte
central de la indumentaria de las mujeres en la sierra, y en Cuetzalan tienen un
festival que gira en torno a la exhibición de estas prendas. Por otra parte, en
el sur del estado se encuentra la producción alfarera de la Mixteca Poblana. La
alfarería de Acatlán de Osorio e Izúcar de Matamoros se caracteriza por sus
figuras elaboradas de barro casi sin decoración, aunque en la primera localidad
es característico el empleo de mecates de palma para decorar ollas y otros
utensilios de uso diario. En la región del centro y sureste del estado se
producen figuras talladas de ónix y mármol, entre otras piedras que pueden
obtenerse en los yacimientos de Tepeaca y Tecali de Herrera. La cestería es común a casi todo el estado, aunque
tiene especial importancia en la Mixteca y la región de Tehuacán, donde la palma empleada en su
confección crece de modo silvestre.
Así mismo cabe mencionar que el arte por excelencia de los pueblos de Atlixco
y Tenango de las Flores (y otros de menores dimensiones), es el cultivo y
embellecimiento de las plantas de ornato, y que a través de la organización de
festivales como "La Feria de las Flores" en Huachinango, logran promover sus
productos convirtendo las calles de su región en avenidas transitadas por gente
de todo México. Cuando estas grandes fiestas se llevan a cabo, la comunidad se
llena de aromas y colores que hacen de un recorrido matutino, un viaje por los
campos de labranza .
Festividades populares [editar]
Existen numerosas festividades populares en todo el territorio del estado. Al
igual que en otras partes de México, en Puebla se celebran algunas fechas
cívicas y religiosas de importancia en todo el país. Forman parte del calendario
religioso las celebraciones decembrinas de las Posadas y la Navidad, el festejo de Año Nuevo; los carnavales, la Cuaresma y la Semana Santa; el Día de Muertos y la celebración de la Virgen de Guadalupe. En
Puebla se realizan varios carnavales, como los de Huejotzingo,[82]
El
Alto (relacionado con el Carnaval de Tlaxcala)[83]
y San Jerónimo
Xayacatlán;[84]
cada uno con características muy particulares. Además de estas festividades,
cada pueblo tiene sus propias fiestas dedicadas a los patronos. Sólo en el caso
de la ciudad de Puebla se registran 83 festividades religiosas en distintos
barrios del centro histórico, mismas que a decir de Ernesto Licona, son
vividas intensamente por las personas que participan de ellas.[85]
Otras festividades patronales importantes en el estado son las que se realizan
en torno a la festividad de San Francisco de Asís en Ciudad de
Cuetzalan, donde se realiza la Feria
Nacional del Café y el Huipil y se presentan las danzas de Quetzales, Santiagos
y el Juego del Volador; o las relacionadas con San Miguel Arcángel, fiestas
populares: el último domingo del mes de septiembre se lleva a cabo la fiesta de
San Miguel Arcángel, patrono del
lugar. “El Huey
Atlixcáyotl”, que en náhuatl
significa “gran tradición atlixquense”, es una fiesta que se hace, según la
tradición prehispánica, en honor a Quetzalcóatl, para agradecer los dones
recibidos en la cosecha. Es una reunión de pueblos que celebran su permanencia y
recrean sus tradiciones a través de la danza. Además, con una semana de
anticipación hay diversos eventos. Se lleva a cabo en el auditorio al aire libre
Netotiloaya
(Plazuela
de la Danza). En 1996 se nombró al “Atlixcáyotl” Patrimonio
Cultural del Estado de Puebla, que en Atlixco se engalanan con la realización del Huey
Atlixcáyotl, un festival donde las once regiones culturales del estado
presentan cuadros de danza tradicional.
Entre las festividades cívicas que tienen lugar en el estado se encuentra
desde luego la fiesta nacional de México: el Día de la Independencia (15-16 de
septiembre), en que se conmemora el aniversario del inicio de la guerra que puso
fin a la dominación española del país. El 5 de mayo es otra festividad cívica
importante, puesto que la identidad poblana está articulada en torno a la Batalla de Puebla,
suceso histórico de principal relevancia en la historia oficial de México por
ser el momento en que el Ejército de Oriente y los milicianos mexicanos
derrotaron a los invasores franceses en 1862.[86]
Patrimonio arqueológico [editar]
En el territorio que actualmente ocupa el territorio del estado habitaron
diversos pueblos desde la época precolombina. Los testimonios de su presencia
forman parte del patrimonio cultural de los poblanos, y son protegidos tanto por
autoridades locales como por el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH). En Puebla existen
varios sitios arqueológicos aunque sólo algunos se encuentran abiertos a la
visita del público. Entre estos sitios se encuentran Yohualichán,
sitio del período clásico tardío de la cultura totonaca localizado en la Sierra
Norte, próximo a Cuetzalan; cerca de Oriental se encuentra Cantona, sitio del Epiclásico mesoamericano; en el
centro del estado está la Zona Arqueológica de Cholula,
una de las más antiguas ciudades de México; en el sur se encuentran Tepexi el Viejo y Cuthá,
ambas relacionadas con la cultura mixteca-popoloca. Existen varios museos que
resguardan acervos de piezas arqueológicas, entre ellos el Museo Amparo y el Museo
Regional de Puebla del INAH, en la ciudad de Puebla, y varios museos
comunitarios como el de Acatlán de Osorio, dedicado a la cultura mixteca, y el
de Xiutetelco, que resguarda piezas totonacas.
Arquitectura [editar]
Véase también: Anexo:Iglesias de Puebla.
El estado de Puebla posee un rico patrimonio arquitectónico, que va desde la
Gran Pirámide de Cholula hasta
los modernos rascacielos que se construyen en la
actualidad en la capital del estado. Precisamente es Puebla de Zaragoza donde se
encuentra una de las mayores concentraciones de edificaciones virreinales del
estado, que le valieron ser llamada Relicario de América y la
declaratoria de Patrimonio de la Humanidad para su
centro histórico en 1987. En este conjunto de monumentos se encuentran numerosas
construcciones religiosas y civiles de estilo barroco y neoclásico. Entre las
más notables se encuentra la Catedral, la Capilla del Rosario que se
encuentra en el Templo de Santo Domingo; el antiguo Palacio del Ayuntamiento, la
Casa de los Muñecos, el Templo de la Compañía, el Edificio Carolino, la Casa del
Alfeñique y numerosos templos católicos.
La época de la cristianización de los indígenas produjo numerosas
construcciones religiosas en las localidades de la provincia poblana. Entre
estas hay que señalar los conventos de Tecali,
Tecamachalco,
Tepeaca,
el Texmelucan
y el Cholula.
Algunos de los conventos poblanos forman parte del conjunto de monasterios
franciscanos de las faldas del Popocatépetl que fueron declarados también
Patrimonio de la Humanidad en el año de 1994. Se trata de los conventos de Calpan, Huejotzingo
y Tochimilco.
Otra construcción religiosa de relevancia es la Iglesia de Santa María Tonantzintla, donde el
estilo barroco refleja fuertes influencias estilísticas de la iconografía
indígena, dando lugar a una construcción mestiza de gran colorido y profusión
decorativa.[87]
Artes [editar]
Puebla tiene una rica actividad artística. El patrimonio artístico de los
poblanos comprende un legado con milenios de historia, producto de los diversos
pueblos que han habitado el territorio del estado desde la época precolombina.
El estado es conocido por la gran calidad de su arte virreinal, que cuenta con
un museo especialmente concebido para la exhibición de las piezas artísticas
virreinales. El Museo
Poblano de Arte Virreinal, establecido en la capital poblana, cuenta con una
colección de piezas artísticas que formaban parte de distintas colecciones
públicas y privadas. En las construcciones virreinales poblanas existen obras de
gran calidad que se integran a la arquitectura del lugar, como testifican las
numerosas edificaciones religiosas en todo el estado. Desafortunadamente, el arte sacro en el estado de Puebla
es objeto de saqueo, al grado que es uno de los estados con mayores pérdidas
artísticas por concepto de robos de este tipo de piezas artísticas.[88]
El arte poblano contemporáneo cuenta con mucha menor difusión que las artes
de tiempos pasados. Los centros educativos juegan un papel importante en la
formación de nuevos creadores. Existen instancias que promueven la creación
artística, como el Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico
de Puebla, financiado por el Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura del gobierno del estado.
La principal problemática es que las obras de creadores poblanos no cuentan con
gran difusión fuera del territorio del estado, amén de que la producción se
concentra en la capital.[89]
Turismo [editar]
El estado de Puebla es uno de los principales destinos turísticos en México.
La ciudad de Puebla se encuentra en la séptima posición nacional preferidas como
destino turístico; no obstante el periodo de estancia es de apenas 1.6 días. En
el 2005, el estado recibió 1.596.445 visitantes, de los cuales, más de 935 mil
se hospedaron en Puebla de Zaragoza, que es el principal destino turístico en el
territorio poblano. Otras ciudades del centro del estado como Cholula de
Rivadavia y Atlixco, así como Tehuacán, ocupan lugares
secundarios como receptores de visitantes. Llama la atención el caso de Cuetzalan del
Progreso, que fue visitada en 2005 por un número de turistas que sobrepasa
el número de sus habitantes.[90] Del total de turistas que se
hospedaron en establecimientos hoteleros del estado en 2005, más de 1 millón 400
mil fueron mexicanos, y menos de 180 mil fueron extranjeros; la mayoría de los
turistas foráneos se hospedaron en establecimientos localizados en la capital
poblana.[91]
.
En el año 2006, se inauguró por primera vez uno de los elementos turísticos
más sobresalientes de la ciudad. Trata de un evento que se realiza cada 5 años.
Angelis Custodiant es su nombre, un magno concierto que reúne 125 campanas
distribuidas en 32 campanarios del centro histórico de la ciudad de Puebla,
incluida la campana del palacio municipal. Fue concebido para celebrar los 475
años de la fundación de la ciudad. Este concierto fue compuesto por el músico y
director poblano Bely David Rocha.
Angelis suis Deus mandant de ut custodiant te in omnibus vi is
tuis
Dios mandó a sus ángeles que te guardasen en todos tus caminos.
Las campanas han sido instrumentos de comunicación, no tan sólo para actos
espirituales, sino también solemnes y han funcionado para convocar el encuentro
de pobladores.
La mejor manera de escuchar la ejecución del Angelis Custodiant, es en las
azoteas del centro, pero no tan cercanas a un campanario. En su defecto, se
recomienda a las personas caminar entre las calles de la ciudad para poder
escuchar a los distintos campanarios participantes. También existe un zoológico
llamado africam en donde se puede apreciar la vida de diversas especies salvajes
en un hábitat al aire libre.
En 2002 Cuetzalan fue nombrado Pueblo mágico, 9 años después en 2011, Zacatlán de las Manzanas y Pahuatlán obtuvo el mismo
reconocimiento, promoviendo así este tipo de turismo en el estado, Zacatlán y
Pahuatlán son el Segundo y tercer municipio en el Estado en formar parte del
programa Pueblos
mágicos de la SECTUR. Su patrimonio y su gastronomía hacen de Zacatlan
un Patrimonio y Pueblo Mágico de México y del Estado De Puebla. En 2012 se
incluyeron en la lista de Pueblos Mágicos los municipios de Chignahuapan, San
Andrés Cholula y Tlatlauquitepec. En total el estado de Puebla cuenta con 7
Pueblos Mágicos, que han ayudado a impulsar el turismo.
Otros sitios de interés [editar]
Otros atractivos turísticos importantes del estado son:
- Museo Amparo, Museo Bello y González, Ex Convento de Santa Rosa, Museo de la Revolución, Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, La Concordia y el Patio de Azulejos, Fuertes de Loreto y Guadalupe, Catedral, Biblioteca Palafoxiana, Teatro Principal, Mercado de Artesanías "El Parián", Mercado de Sabores, Casa de Alfeñique, Museo y Pinacoteca José Luis Bello y Zetina, Planetario de Puebla y el Zoológico y Parque Africam Safari, Museo Universitario Casa de los Muñecos, en la capital del estado.
- Valle de Piedras Encimadas, en Zacatlán.
- Cola de Caballo, en Zacapoaxtla.
- Convento Franciscano, en Tecamachalco.
- Grutas Karmidas, en Zapotitlán de Mendez.
- Iglesia de San Francisco y Museo Regional de Cuetzalan, en Cuetzalan.
- Iglesia de San Francisco y Museo Colonial en Huejotzingo.
- Convento de San Francisco, Plaza Principal, Museo de Casa de Cultura y zona arqueológica de Cholula, en San Pedro Cholula.
- Iglesia de la Purísima Concepción, elaboración y venta de esferas, en Chignahuapan.
- Iglesia de Santa María Tonantzintla y la Iglesia de San Francisco Acatepec, en el municipio de San Andrés Cholula.
- Convento Franciscano de Calpan
- Los Reyes Metzontla, comunidad popoloca alfarera, en el municipio de Zapotitlán.
- Pahutlán, municipio de la Sierra Norte de Puebla, que en 2012 ha sido declarado el tercer Pueblo Mágico del Estado.
- Santiago Xalitzintla, la comunidad más cercana al volcán Popocatépetl, al cual se venera y se le llama, popularmente, Don Gregorio o Don Goyo. Durante el mes de marzo llevan una ofrenda hasta sus faldas con la finalidad de solicitarle lluvia.
Mitos y leyendas [editar]
Popocatepetl e Iztaccihuatl [editar]
Hace tiempo, cuando los aztecas dominaban el Valle de México, los otros
pueblos debían obedecerlos y rendirles tributo, pese a su descontento. Un día,
cansado de la opresión, el cacique de Tlaxcala decidió pelear por la libertad de
su pueblo y empezó una terrible guerra entre aztecas y tlaxcaltecas.
La bella princesa Iztaccíhuatl, hija del cacique de Tlaxcala, se había
enamorado del joven Popocatépetl, uno de los principales guerreros de este
pueblo. Ambos se profesaban un amor inmenso, por lo que antes de ir a la guerra,
el joven pidió al padre de la princesa la mano de ella si regresaba victorioso.
El cacique de Tlaxcala aceptó el trato, prometiendo recibirlo con el festín del
triunfo y el lecho de su amor. El valiente guerrero se preparó con hombres y
armas, partiendo a la guerra después de escuchar la promesa de que la princesa
lo esperaría para casarse con él a su regreso. Al poco tiempo, un rival de
Popocatépetl inventó que éste había muerto en combate. Al enterarse, la princesa
Iztaccíhuatl lloró amargamente la muerte de su amado y luego murió de
tristeza.
Popocatépetl venció en todos los combates y regresó triunfante a su pueblo,
pero al llegar, recibió la terrible noticia de que la hija del cacique había
muerto. De nada le servían la riqueza y poderío ganados si no tenía su amor.
Entonces, para honrarla y a fin de que permaneciera en la memoria de los
pueblos, Popocatépetl mandó que 20,000 esclavos construyeran una gran tumba ante
el Sol, amontonando diez cerros para formar una gigantesca montaña.
Desconsolado, tomó el cadáver de su princesa y lo cargó hasta depositarlo
recostado en su cima, que tomó la forma de una mujer dormida. El joven le dio un
beso póstumo, tomó una antorcha humeante y se arrodilló en otra montaña frente a
su amada, velando su sueño eterno. La nieve cubrió sus cuerpos y los dos se
convirtieron, lenta e irremediablemente, en volcanes. Desde entonces permanecen
juntos y silenciosos Iztaccíhuatl y Popocatépetl, quien a veces se acuerda del
amor y de su amada; entonces su corazón, que guarda el fuego de la pasión
eterna, tiembla y su antorcha echa un humo tristísimo…
Durante muchos años y hasta poco antes de la Conquista, las doncellas muertas
por amores desdichados eran sepultadas en las faldas del Iztaccíhuatl. En cuanto
al cobarde tlaxcalteca que por celos mintió a Iztaccíhuatl sobre la muerte de
Popocatépetl, desencadenando esta tragedia, fue a morir desorientado muy cerca
de su tierra, también se convirtió en una montaña, el Pico de Orizaba y se
cubrió de nieve. Le pusieron por nombre Citlaltépetl, o “Cerro de la estrella” y
desde allá lejos vigila el sueño eterno de los dos amantes a quienes nunca,
jamás podrá separar.
La china poblana [editar]
En la Iglesia de la Compañía, en Puebla, cerca de la puerta que comunica el
presbiterio con la sacristía, hay empotrada en la pared una lápida que señala el
lugar donde fueron enterrados los restos mortales de Catarina de San Juan. En
1907, existía una calle llamada De las Chinitas, donde Mirnha vivió.
Cuentan viejos cronistas que en el año 1609, nació en la ciudad de Indra
Prastha una princesa llamada Mirnha, de la estirpe de los mongoles de la India
Oriental. Al huir de los turcos, la familia llegó a la costa, donde arribaron
los portugueses dedicados al tráfico de esclavos. Mirnha era de color casi
blanco, cabellos claros, frente espaciosa, ojos vivos, nariz bien delineada y
garboso andar. Un día, la princesa paseaba por la playa, en compañía de un
hermano menor, fue hecha prisionera y llevada a Cochín, para después ser enviada
a Manila, en las Islas Filipinas.
El marqués de Gálvez, entonces virrey de México, encargó al gobernador de
Manila la compra "de esclavas de buen parecer y gracia para el ministerio de su
palacio". Trato de adquirir a Mirnha; pero el mercader tenía el encargo anterior
del capitán Miguel de Sosa y de su esposa, doña Margarita de Chávez. "La
chinita", fue sigilosamente embarcada para la Nueva España en 1620. Para ser
entregada al matrimonio que la recibió en México.
En el primer tercio del siglo XVII llegó al puerto de Acapulco, en la Nao de
China. La esclava oriental portaba una rara indumentaria, compuesta por una
camisa con ricos bordados, un zagalejo de brillantes colores, con lentejuelas,
unas chancletas de seda y largas trenzas. Era la primera vez que una mujer de
rasgos orientales llegaba a Acapulco y su vestimenta despertó la curiosidad de
los concurrentes a la feria que se celebraba a la llegada de la Nao. La gente se
preguntaba cómo había llegado a México aquella "China", como la llamaron de
inmediato; sin tomar en cuenta su origen hindú.
Sus dueños en Puebla bautizaron a la recién llegada en la iglesia del Santo
Ángel de Analco con el nombre de Catarina de San Juan. Se educó cristianamente y
más que sirvienta, la vieron en todas partes como miembro de la familia Sosa.
Casó con un esclavo de origen chino, Domingo Suárez, con el cual se rehusó a
hacer vida marital. Con sus padres adoptivos seguía luciendo sus raros ropajes,
que mezcló con los indígenas, dando nacimiento al traje típico de la China
Poblana, como dio en llamarle la gente, hasta que por fin ingresó al convento de
Santa Catalina en donde logró fama de Santa.
En torno al vestido de la china poblana se conocen legendarias historias.
Catarina de San Juan vistió siempre trajes parecidos a los de la actual “China
Poblana”, por lo que se identificaba con las indias de la región y a la vez
recordaba sus trajes orientales. Evocando sus atuendos cortesanos, la princesa
copia el enredo confeccionado con dos piezas de tela de contrastados tonos, para
convertirlo en la falda europea, amplia y con los bajos en picos, bordada de
lentejuelas y chaquira. El huipil, en la camisa española también bordada. La
faja o chincuete en el rebozo suelto, sobre los hombros y los brazos. Los
colores verde, blanco y rojo fueron adoptados más tarde, de la Bandera Nacional,
una vez que México alcanzó su independencia en el siglo XIX. Más que oriental el
traje de China Poblana es mestizo mexicano y habla claro de la fusión de las
culturas indígena y española, que cuajó en multitud de obras de gran belleza
El atuendo tradicional de la “China Poblana” se compone esencialmente de
rebozo, blusa zagalejo y zapatillas. El rebozo más apropiado es el llamado de
bolita en colores palomo y coyote. La blusa lleva bordados de chaquira en vivos
colores y es de manga corta. El castor o sea la falda, consta de dos secciones:
la superior, de unos 25 cm. aproximadamente, de percal o de seda verde, de igual
matiz que la pretina. La inferior recamada de bordados realizados en lentejuela
y chaquira en forma de flores, aves y mariposas multicolores. El peinado de dos
trenzas, con raya en medio, lo rematan moños de listón de los mismos colores del
ceñidor. Lleva arracadas o zarcillos; en el cuello, gargantilla de corales. En
algunos casos se usa con sombrero jarano, discretamente adornado con barbiquejo
de gamuza o de cinta de popotillo. Las zapatillas son forradas en seda verde o
roja.
Muchos consideran que la leyenda de la “China Poblana” no pasa de ser eso;
leyenda. Pero la tradición ha dejado el traje, que sigue siendo usado a través
de los siglos por las mujeres mexicanas.
La Casa de Alfeñique [editar]
Cuenta una leyenda que en el año de 1790 María Ignacia Villegas y Guadiana
había puesto de condición a su novio Juan Ignacio Morales para casarse con él,
tenía este que regalarle una casa de dulce. El amor que él sentía por ella lo
llevó a mandar construir una bella casa con ricos trabajos barrocos de argamasa
blanca que decoraban su fachada, haciendo alusión a unos dulces llamados
alfeñiques (de pasta de azúcar y almendras). El edificio consta de dos fachadas
perfectamente anguladas en su distribución de puertas y balcones. En su interior
está compuesta de tres pisos que dividen los cuerpos arquitectónicos del
edificio, en que la balconada de hierro forjado resalta con el color blanco de
los puntales y las marquesinas se mezclan con el balcón.
Hoy día esta hermosa pieza arquitectónica es El Museo Regional Casa de
Alfeñique el cual resguarda piezas de gran relevancia contribuyendo así al
conocimiento del desarrollo artístico y cultural de la ciudad de Puebla, se
presentan piezas que denotan la importancia de la ciudad desde su fundación, el
periodo virreinal y el México Independiente. En el tercer nivel se conserva el
entorno original de algunas habitaciones típicas de una casa virreinal como el
comedor, la cocina, el salón principal y una ricamente decorada capilla
familiar, que hablan de los usos y costumbres de los poblanos hace más de 200
años.
Museo Universitario Casa de los Muñecos
La Casa de los Muñecos fue mandada a construir por el Regidor Don Agustín
Ovando Cáceres Ledezma y Villavicencio en el Siglo XVIII, en la calle primera de
los mercaderes, como era denominada en esa época. Cuenta con tres niveles, la
planta baja es adornada con un balcón corrido distribuido a lo largo de toda la
fachada, ventanas con marco de cantera y reja de fierro; el segundo nivel o
entrepiso es de una altura menor a la de los otros dos pisos, por que así
normaba el estilo barroco y porque estaba diseñado para alojar a la servidumbre
de la familia, también lo recorren balcones sencillos; el tercer piso goza de
las mismas características. La casa es un majestuoso ejemplo del barroco
poblano, así su fachada elaborada con ladrillo, está decorada con azulejos de
talavera de distintos colores que representan figuras humanas, una de las
teorías de la construcción asegura que los azulejos fueron importados de la
India, también dice que cada figura humana contiene en su iconografía símbolos y
significados diferentes. A simple vista se deduce el sincretismo de la cultura
prehispánica oriental y la cultura española occidental. La casa fue construida
originalmente como casa habitación, sin embargo, al no ser habitada tuvo
múltiples usos, así como: Almacén de hilados, comercio “El famoso 33”, almacenes
“la Ciudad de México”, también fue el primer cine de la ciudad, “El Lux”, en dos
ocasiones fue hotel, “Hotel Francia” y “Hotel Monterrey”, boliche, peluquería
“La imperial”, dulcería “Salambo”, “Foto Puebla”, dos veces casa de huéspedes,
óptica “Turati” y el periódico” La Opinión”. Actualmente el inmueble pertenece a
la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La BUAP adquirió la casa el 11 de
diciembre de 1983 para más tarde inaugurarla como el Museo Universitario, el 10
de diciembre de 1987. El museo actualmente alberga obra gráfica que define la
historia misma de la institución, desde la fundación del Colegio del Espíritu
Santo por los Jesuitas, hasta la actualidad. El museo buscó a través de sus
colecciones de: Aparatos científicos, arte virreinal, biología, medicina,
fotografías, arte contemporáneo, mostrar las diferentes etapas por las que ha
pasado la máxima casa de estudios poblana.